Nada Mejor como sentirse en casa...


Chapeaux Chapeaux....A los que se sienten llenos cuando tienen lo que quieren, y se conforman con eso....

Yo sin embargo, siento como que nunca comí demasiado, siempre me falta algo más para llenarme... si como de más, me duele la panza, si como menos, me falta algo.. o sea, nunca tengo el equilibrio justo de sensaciones estomacales.

Debe ser inherente a la personalidad de determinadas personas, que sienten que siempre podrían tener algo más o distinto de lo que tienen, y no disfrutan el momento, ya que constantemente están pensando que podrían estar en otro lugar, o haciendo otra cosa, por ende, venderían ese momento que están viviendo a precio irrrisorio, para comprar algo diferente.

No conocemos el término medio... los grises desaparecieron de mi tabla de colores!

Siempre nos adelantamos a mirar la última página del libro... es que nos aburre tener que esperar a ver como se desarrolla la historia..!

Hasta jugar al ajedrez con nosotros es un deporte de riesgo...

El límite es lo que no tenemos, sin saber siquiera si lo queremos...

Y no sólo eso, sino, que también, nos pasa, que somos del tipo que al no disfrutar o valorar algo que tenemos, cuando lo perdemos, recién ahí nos arrepentimos y decimos, "Eso llenaba", lo quiero de vuelta. Y es así un ciclo vicioso, que no termina.

Si tenemos algo demasiado bueno, lo queremos con pimienta, bien condimentado.... solemos pensar, que las peleas le dan sentido al amor, quien dice, que las reconciliaciones no son buenas? Pero PARA LOCA! tantas peleas tenes que tener, tanto condimento a tu comida, y la presión por las nubes? Y bueno, He.. ahí nuestro dilema, queremos nuevas cosas, queremos más y más, pero cuando todo se nos vuelve ya demasiado incontrolable, simplemente quisieramos que las cosas vuelvan a ser más fáciles.

Por ende...somos personas insatisfechas, inquietas, buscadoras de placeres, la rutina nos sofoca, la monotonía nos agobia....

Sentimos que el conformismo sí tiene algo de culpable.

Tenemos sueños estratosféricos... Alcanzar lo etéreo como algo comprensible.

Necesitamos algo distinto, algo que no conozcamos ya. Que nos provoque una reacción. Porque una vez que nos acostumbramos a algo, resulta mucho más difícil que nos mueva. Y yo estoy acostumbrada a todo lo que conozco.

Mi mente no conoce la tranquilidad... siempre está moviendose a mil por hora, viajando a lugares impensados, conociendo personas que no existen, y haciendo cosas imposibles... pero de vez en cuando bajo a la tierra a ver que onda ese mundo.

Hasta lo exótico acaba aburriendo. Es interesante porque es nuevo, pero en cuanto lo conocemos y pierde la novedad, también pierde el interés. Es lógico, ¿no? Lo exótico, nunca fue un hogar, sino, siempre, algo pasajero-....En algún momento todos queremos volver a casa. A lo seguro. A lo confortable. A lo de siempre.

Nadie quiere vivir para siempre en un hotel. Ni aunque sea de cinco estrellas. Todos queremos sentir que tenemos un lugar propio.

Al que podemos volver después de mucho tiempo. Y seguir reconociéndonos en él.

Y como remolinos en la cabeza... como montañas rusas de neuronas... de lo único que me di cuenta, es que a pesar de mis locuras, mis idas y vueltas, mis espadas y mis paredes, vos siempre estás a mi lado, y no te importa cambiarme, yo podré volar lejos, vos soltás el barrilete que vuele con el viento, me dejás ser, disfrutar, pero en algún momento tirás la cuerda y lográs que no me vaya, no querés que me vaya lejos.. me mostrás que agarrado a vos, bien cerca, es como sentirse en casa.