"Querido, admito que me costaba entender la idea de que alguien, incluso como tú, pudiera absorberme tanto amor, tan sólo para quedarse con él y sentirse lleno de vida...
Como no lo vi! Si tu mirada nunca coincidía con la mía, siempre lejana, siempre conveniente y oportuna.
Dicen que los ojos son el espejo del alma, que con la mirada se expresan infinitas palabras.. pero la tuya, querido mio, era silenciosa, fría y perdida, un caótico abismo de dudas, al que ineludiblemente caía siempre rendida.
Querido nunca tu interés fue más lejos del amor propio, nunca tus manos se excedieron del tacto lujurioso, nunca tus palabras fueron más allá de simples versos preconcebidos en obras maestras.
No eran mis labios los que mirabas, eran MIS PALABRAS LAS QUE TE INTERESABAN, PERO SÓLO CUANDO TU NOMBRE APARECÍA EN ELLAS.
Dime, entonces querido, ¿Qué se siente hacer el amor con uno mismo?
Explícame, corazón cínico, como llenas tanto vacío!"